The Duke of Burgundy


¿Cuáles son las razones que impulsan a una productora a lanzarse a la ejecución de un proyecto cinematográfico de estas características?
Desde luego hay que reconocer que los seres humanos somos maravillosamente diversos y tiene que haber sensibilidades para todos los gustos y matices.

Hacía tiempo que no había podido ir a ver una película en versión original. Hoy era el día. Elijo "The Duke of Burgundy", veo el trailer en internet, parece una película exquisita. La trama es distinta, no me atrae especialmente pero tampoco lo contrario. Me dejo sorprender.

Eso es uno de los placeres mayores de nuestra existencia: ser agradablemente sorprendidos. La película está repleta de belleza, a veces algo repetitiva. El mensaje y la sensibilidad que quiere transmitir se captan fácilmente. Hay matices, pero no dan para tanto. No hay sorpresas. La protagonista quiere vivir una puesta en escena y desearía que fuese real. La única medio sorpresa se desvela en la segunda secuencia. Y lo que parecía blanco, resulta ser gris, incluso casi negro. Toda una metáfora constante sobre la apariencia y la esclavitud. Reconozco que la ambientación es sublime, la actuación de las dos protagonistas excelente. El director abre una puerta preciosa y enigmática, bueno, no tan enigmática. Pero falta historia y sobra profundidad. Al final es simplemente una delicada y preciosa puesta en escena de un amor que parece imposible, que se hace creíble -y esto es un gran mérito- y que es sincero tras su sofisticada apariencia.

Me he quedado con ganas de menos, pero también de más. Es una promesa, una buena promesa. Un buen trabajo. Lástima que no se haya dejado llevar sólo un poco por la sencillez. Sólo un poco más.



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